Verinotio - Revista on-line de Filosofia e Ciências Humanas. ISSN 1981-061X. ano XV. jul./dez. 2020. v. 26. n. 2
Jaime Ortega Reyna
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perteneciente a la naturaleza y producto de ésta; es decir, Engels recalca la
importancia de considerar al hombre de un modo materialista, como un producto
de la naturaleza y no de la idea o de la autoconciencia” (FERRARO, 1989, p. 109).
Aquí, ya hay una fusión, entre seres humanos y naturaleza, los primeros son un
producto de la segunda, que logran transformarla y cuando lo hacen se
transforman a ellos mismos.
Engels no habla de materia homogénea (FERRARO, 1989, p. 114), no es un
sustrato eternamente igual a sí mismo (FERRARO, 1989, p. 115). No habla de una
materia “ontológica” (FERRARO, 1989 p. 120). Critica a quienes insisten que
Marx sostuvo exclusivamente la naturaleza mediada por el ser humano, señalando
que en Engels esta mediación es ausente. Ferraro argumenta que Marx también
considero al ser humano como un ente natural –no mediado. Así “el hombre no
sólo es activo; se ve condicionado y limitado. Es un ser que padece y, por tanto,
también es pasivo, como resultado obvio frente a los sufrimientos padecidos por
el proletariado y de los cuales Marx quiso liberarlo” (FERRARO, 1989, p. 124).
Pero que ser y humano y naturaleza pueden ser comprendidos en unidad,
también implica un ejercicio de diferencia. Es claro que la “segunda naturaleza”
que los seres humanos construyen apropiándose de lo dado en el mundo, trans-
formándolo y re-inventándolo de acuerdo a sus necesidades, intereses y sueños,
se asienta en una realidad que no eligen. Así, para Ferraro el joven Marx
no ha perdido de vista que la naturaleza tiene su existencia
independientemente del hombre, es decir, que la naturaleza no sólo
existe para él sino también aparte de él; y el hecho de que la naturaleza
exista independientemente y aparte del hombre, de ningún modo lo
hace completamente diferente de la naturaleza que existe para el
hombre /…/. Tanto la planta mediada por la praxis humana como la
planta jamás vista por ojos humanos necesita el sol (FERRARO, 1989,
p. 125).
El trabajo teórico que Ferraro entrega es el de reunificar a Marx y a Engels
en en torno a la noción de materialismo. No existen dos visiones contrapuestas,
ni antagónicas. Se trata, desde su argumentación, de la misma perspectiva, pero
con distintos énfasis. En el caso de Engels, del reconocimiento que tanto la
producción de objetos, como de conocimientos, parten de una naturaleza no
mediada, podríamos decir, exterior. Y reconocer esta exterioridad no impide
vislumbrar el lado activo, tanto de la actividad práctica transformadora por
excelencia, que el trabajo, como del conocimiento. Así, por ejemplo, se retrotrae
al periodo “maduro” de Marx, con los Grundrisse señala que hay en este periodo
una naturaleza no mediada también en el filósofo de Tréveris: “La producción
humana, la mediación humana de la naturaleza, pues, supone la naturaleza no